Absurdo y rabia. El blanco de las batas y el azul de los guantes. Ojos, ojos sin rostro.
Y risas, y ánimos, y apoyos, y cariño, y dulzura, y memes, benditas bromas que me hacían reír y me mostraban ese carácter socarrón español que tanto me gusta y me ayuda en los momentos más duros.